Las tuberías de hormigón tienen, al menos, las mismas prestaciones hidráulicas que las de plástico lisas. Todos los tipos de tuberías de saneamiento en servicio poseen el mismo coeficiente “n” de Manning, sea cual sea el material de que estén compuestas. No obstante, el empleo del hormigón en la fabricación de tuberías de saneamiento plantea una serie de ventajas frente al uso de otro tipo de materiales:
Capacidad portante
El comportamiento mecánico de las tuberías de hormigón es muy poco dependiente de la forma de instalación, ya que la resistencia a las cargas es muy superior con el hormigón. Las tuberías de hormigón armado son resistentes por sí mismas.
Estabilidad
Las tuberías de hormigón armado son estructuralmente estables. Una vez instaladas, su propio peso se encarga de de que se mantengan en la posición adecuada, por lo que no les afectan los pequeños asentamientos del terreno ni el empuje ejercido por el agua.
Resistencia al deterioro físico
La abrasión es un fenómeno físico que ocurre en todo tipo de tuberías. Todo sistema de saneamiento requiere de procesos de limpieza con agua a presión para eliminar depósitos. Las tuberías de hormigón se ven mucho menos afectadas por la abrasión y no sufren daños con los procesos de limpieza.
Estabilidad térmica
Las tuberías de hormigón armado son resistentes al fuego, la acción de los rayos UVA y las altas temperaturas
Seguridad
Un sistema de saneamiento debe ser estanco. Las tuberías de hormigón armado se diseñan con uniones que garantizan la estanqueidad mediante juntas elásticas.
Sostenibilidad
Las tuberías de plástico se fabrican con materias primas procedentes del petróleo, mientras que las tuberías de hormigón están realizadas con sustancias naturales no perjudiciales para el medio ambiente, que además pueden integrarse en este sin causar el menor perjuicio tras ser reducido el hormigón a grava.
Además, consumen muchos menos recursos y energía en su fabricación, y su reciclaje es mucho más sencillo y menos costoso.
Coste económico
El precio es determinante a la hora de elegir entre varias soluciones válidas. Los costos han de ser evaluados en su conjunto. El coste de amortización de las tuberías de hormigón es menor que en las de plástico, ya que su durabilidad es como mínimo un 40% superior a la de las tuberías plásticas.
Los sistemas de saneamiento de plástico son menos fiables que los de hormigón, ya que su integridad estructural y garantía de estanquidad es menor, siendo el gasto de mantenimiento por tanto superior. Las tuberías de hormigón armado permiten ahorros a corto y largo plazo.
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